En este capítulo del Podcast “Entretejiendo Redes” denominado “El Trabajo Integral de dos profesiones Terapéuticas”. Nuestra colega y socia titular, la Trabajadora Social Clínica Alexa Altamirano Soto, conduce este espacio de conversación y reflexión con el Mg. Ps. Claudio Paredes Lopedia, en torno al ámbito clínico y cómo es posible integrar y complementar las miradas y abordajes de profesionales especializados de la psicología y el trabajo social. Transitando por diversos temas, Claudio y Alexa exploran los contornos de dos profesiones que en el campo clínico de la atención de personas y el acompañamiento de procesos de cambio, pueden encontrar espacios de integración, colaboración, reconocimiento mutuo y complementariedad.
Uno de los puntos destacados es que Claudio, con ojos fraternos, nos devuelve algunos reflejos posibles de nuestra especialidad y reflexiona sobre algunos de nuestros desafíos: las limitaciones institucionales, las miradas reduccionistas que continuamente enfrentamos, así como las concepciones concretas, muchas veces anticuadas y, por sobre todo, asistencialistas, que han ido integrando tanto las estructuras públicas, como las personas consultantes con respecto a nuestra profesión y su ámbito de acción.
A medida que avanza el podcast, ambos van tematizando tanto puntos de contacto y similitud, como diferencias y puntos en los que es posible y real el trabajo complementario entre psicólogos y trabajadores sociales especializados en clínica. Un ejemplo de ello es cuando Claudio nos dice “Ustedes (los TSC) tienen un foco (...) un entendimiento de lo contemporáneo, de lo actual y de diferentes situaciones y variables sociales (como) el tema del patriarcado, el tema de ideales de funcionamiento de personas, que nosotros muchas veces pasamos por alto y nos focalizamos netamente en la sintomatología. Entonces cuando nosotros cambiamos la sertralina, por darte una idea, como estabilizador del ánimo y ustedes están trabajando el entendimiento social que tiene la persona de su entorno, ya se genera una diferencia importante”. Esta perspectiva que logra identificar y que él valora y releva, identifica cómo nuestra mirada clínica y nuestros abordajes proveen una ‘apertura’ del campo de lo clínico, que además logra conectar el sufrimiento individual y su abordaje, con aquellas tensiones que genera el marco macrosocial y sus estructuras, que va más allá de la situación individual de quien nos consulta.
En esta misma línea, Claudio nos comparte su perspectiva personal en torno a cómo ha visto la recepción de los aportes del TSC en el ámbito de la psicología clínica, señalando que algunos rechazos o cuestionamientos le parecen más ligados al desconocimiento de nuestra tradición y perspectiva, que a una crítica fundada e informada. Y en torno a ello, nos manifiesta también su temor a que, desde la especialidad de su profesión, impere una mirada cerrada y hasta cierto punto excluyente, con respecto al ámbito de lo clínico, como si éste campo fuese de su propiedad. Es por ello gratificante que invite a sus colegas a la apertura y a poner el foco en el interés de las personas que conjuntamente estamos atendiendo; además que logre ver con tanta claridad los aportes del TSC.
Dentro de los muchos temas que se abordan, se reflexiona sobre la polémica y hasta cierto punto inexplicable exclusión del Trabajo Social en el Código Sanitario; o sobre el aporte que constituiría un abordaje integral en Salud mental a partir de la inclusión de trabajadoras/es sociales formadas en clínica, con perspectivas contemporáneas y herramientas terapéuticas; así como también cómo nuestra mirada aporta muchísimo al apuntar hacia la despatologización de las personas. En sus propias palabras: “cada vez que hablamos de salud mental, cada vez que hablamos del bienestar, cada vez que hablamos del foco, de los modelos de afrontamiento de los diferentes procesos... generalmente se siempre se habla y se focaliza mucho en “Salud mental casi es igual a psicólogo” (…) “Entonces cuando toma este impacto del trabajo social clínico y empiezan a aparecer trabajadores sociales con una formación clínica mucho más direccionada, con mayor conocimiento, con diferentes gestiones y las prácticas que realizan, es sumamente validado y gratificante saber que se puede contar con otros tipos de miradas, que se puede contar con otro tipo de enfoque. Y saber que no tienen porque estar contrapuestas sino que pueden ser completamente complementarias”.
Finalmente otro punto a destacar es el reconocimiento explícito que Claudio hace al aporte del TSC en el ámbito académico de lo clínico y el espíritu pionero que logra ver tanto en el trabajo que estamos desarrollando como colectivo de la SChTSC, como en los invaluables aportes que han realizado en su trayectoria de nuestros miembros titulares y también fundadores trabajadores sociales clínicos Paola Grandón y Diego Reyes.
Nos parece realmente un gusto escuchar a Claudio, quién con fraternidad y tremenda generosidad nos comparte sus reflexiones, su reconocimiento al trabajo y mirada que aporta nuestra especialidad y así también, su propia apertura a encontrar vías y puntos de encuentro, que nos posibilitan avanzar a un futuro en el que podamos compartir el espacio de lo clínico, innovando y multiplicando los recursos y las posibilidades, tanto de nuestras profesiones, así como también las de quienes nos consultan.
Comentários